sexy nurse (primera parte)

Sexy nurse


El viento en la cara, que sopla furioso queriéndote arrancar el alma de las entrañas, la sensación de casi despegarse el suelo, y la velocidad, sobre todo la velocidad, el extraño sentimiento de ganarle la carrera al tiempo, y que ni la misma muerte te puede alcanzar, voy en mi motocicleta en una autopista cercana a la ciudad, pronto tendré que frenar mi moto para entrar a la monotonía y lentitud de las carreteras citadinas, por eso aprovecho cada segundo de movimiento que me da mi motocicleta.

Entró a una avenida de la ciudad, el señalamiento dice que baje la velocidad, pero lo ignoro, sigo ensimismado en mi viaje desenfrenado, sintiendo el fluir de la velocidad, por mi cuerpo, es en ese instante, en ese brevísimo lapso de tiempo una silueta se dibuja frente a mí, un niño que sale corriendo hacia la carretera, que pereciese que quería cruzarse en mi camino, para que yo lo atropellara, no tuve tiempo de pesar, solo guie el manubrio hacia otra dirección, tratando de esquivar al niño (tonto de mi pensé si hubiese reducido la velocidad) pero sin tiempo ya de nada, cerré los ojos, no sabía lo que sucedería, perdí a fuerza de todo mi cuerpo y solo oí un estallido.

Varias personas a mí alrededor, me hallaron tirado frente a un árbol, el choque fue muy estrepitoso, pero sobreviví, al igual que el niño, aquí es cuando empieza todo cuando lentamente pierdo la conciencia, pensé que estaba muriendo, sin embargo no fue así, lo único que recuerdo de ese momento fue el sonido de una ambulancia, que se desvanecía poco a poco.

Como es de suponerse desperté en un hospital (o al menos eso parecía serlo) me sentía muy adolorido, sentía como si hubiesen tomado mi cuerpo, y lo hubieran retorcido hasta exprimirle el aliento, el dolor, lo juro, era el más profundo que había sentido en toda mi vida, aunque es de reconocerse que me alegre de no haber muerto, experimenté esa alegría que duele cuando tratas de mover un solo musculo, pero al menos esta vez la había ganado la cerrera a la muerte. Con la poca fuerza que me quedaba dirigí la mirada a la puerta, por la cual entraba un joven médico, (el cual podría jurar que era recién egresado de la universidad)

Buenas tardes joven (como si él no lo fuera) veo que la libró esta vez, casi no la cuenta, pero bueno aquí está, hum veamos, un par de costillas rotas, ligeras contusiones en el brazo izquierdo, la pierna derecha rota, tardara algún tiempo en recuperarse, no se preocupe si supiera de casos peores al suyo y que en este momento andan por las calles como si nada, verá que pronto se va a recuperar, mientras le voy a mandar a alguien para que lo cuide, y lo anestesie un poco, imagino que está sufriendo horrible. Y el joven doctor sale de la habitación, dejándome en un estado de semiinconsciencia, pero con la conciencia de lo mal que estaba.

Sentí un poco de frio la cama, (como la mayoría de los hospitales) solo tenía una sabana, lo cual me dejaba expuesto a la temperatura, si, entre el frio de la habitación y mi piel solo se encantaban una bata y la sabana, el lugar olía como huelen los hospitales, a penetrante olor de desinfectante, y la luz más que una lámpara fluorescente no era mas allá de lo común, así que intente soportar un poco el dolor y disponerme a dormir

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