El pequeño cometa




El pequeño cometa
Los tres niños estaban jugando en los márgenes de el gran rio, que a esa hora del día, recorría su cauce tranquilo, los reflejos del sol deslumbraban, proyectados por la superficie del rio, que casi parecía inmóvil, el viento traía consigo un aroma a hierba y humedad, y todo sonaba tranquilo, apenas unas cuantas aves chirriaban por aquí y por allá alegremente, un cuadro hermoso, ver a los tres niños aventando el agua del rio hacia el cielo, y está al caer convertirse en una lluvia de diamantes cristalinos, la niña del grupo le dijo al otro niño, -nosotros somos más ricos aun, que el dueño de la joyería, porque nuestros diamantes apenas duran unos pocos segundos, y desaparecen volviéndose parte del el rio de nuevo. –no seas tonta, es agua que cae nada más. –no es cierto son diamantes y estrellas, mira como brillan por la luz del sol. –está bien, está bien sigamos jugando. Cuando los niños estaban totalmente absorbidos en el juego se empezó a acercar lentamente una tortuga, era Furuikame una amiga de los niños la que se aproximaba con mucha paciencia ya junto a ellos, les hablo dulcemente, -niños vengo a despedirme, quiero decirles que pase momentos muy felices en este rio junto a ustedes, que los quiero mucho y que siempre los llevare conmigo, tengo que irme pero no me voy, así que cuídense mucho, y sigan siendo felices, dicho esto, Furuikame pareció quedar dormida, y fue arrastrada suavemente rio abajo, los niños conmovidos se soltaron llorar porque supieron que ya no verían a Furuikame, y eso los hacía sentir muy tristes, tanto que varias lágrimas de los niños cayeron al rio, que con una voz melodiosa les dijo. -vamos niños no estén tristes, no la podrán ver, pero eso no quiere decir que no siga aquí, les voy a contar la historia de Suisei el pequeño cometa, hace algún tiempo, existió un cometa llamado Suisei, el recorría todo el universo visitando estrellas lejanas, planetas distantes, y rincones desconocidos del universo, año con año regresaba unos días a visitar la tierra, trayendo, buena suerte y bendiciones a los que lo veían, todo el mundo aguardaba el anochecer de cierta fecha, para ver a Suisei, la gente se preparaba, organizando un festival con mucha música y colores, linternas de todo tipo y comida, al llegar la noche, Suisei aparecía de un lado del firmamento, bañando el cielo de luz, y esparciendo polvo estelar con su cola, esas noches las familias se reunían en los techos, o a campo abierto para disfrutar juntos de la luz de Suisei, que les decía desde el cielo, -buena suerte y bendiciones para este año, que la luz de las estrellas sea esperanza en sus corazones, todo mundo quería mucho al pequeño cometa que tan buenos augurios llevaba, y así, año tras año, hasta que un día en su viaje por el espacio, Suisei chocó con un asteroide que se atravesó frente a él, lo que provocó que cambiara su ruta, en vez de pasar cerca del sol se dirigía irremediablemente a él, la última noche que paso por la tierra dijo lo mismo de siempre. -buena suerte y bendiciones para este año, que la luz de las estrellas sea esperanza en sus corazones. Pero sabía que era la última vez que lo diría, porque pasando venus iría directamente contra el sol, y asi fue, mercurio lo despidió acongojado, ya que nada podía hacer para rescatar al pobre cometa, el, cerró los ojos tratando de ir lo más lento posible, pero no funciono, su luz se perdía en la del sol, y poco a poco se fue perdiendo el la inmensidad del astro rey, convirtiéndose en un pequeño punto en la superficie del sol. El año siguiente toda la gente que lo esperaba se sintió muy triste, porque por más que esperaron, Suisei nunca llego, sombríos esa noche recogieron las cosas del festival que no se volvió a realizar en ninguna parte. 

Los niños se sintieron más tristes por la historia del pequeño cometa, porque pensaron que ese era el final, pero el gran rio viejo les dijo. – aun no acabo con la historia niños falta lo más importante, en cuanto Suisei choco con el sol sintió un cálido abrazo, en ese momento se fundía con el corazón del sol, se volvía parte de él, niños recuerden bien esto, que no vean las cosas, no significa que dejen de existir, los tibios rayos de sol que ahora caen sobre ustedes son las caricias de Suisei, que ahora está en todo en las plantas, en los animales en mi agua en todo, y esas caricias recorren el universo. Los niños habían aprendido algo nuevo, lo que creían desaparecido, no lo estaba.

El gran rio volvió a decir, niños ven esa gran roca que está abajo levántenla, cuando los niños la levantaron se llevaron una sorpresa ahí estaban las crías de Furuikame cinco pequeñas tortuguitas que lentas daban los buenos días.

Comentarios

Seamisai ha dicho que…
:O
;D
Bonito mensaje!! Mi è piaciuto!!

Entradas populares