mil
Una vez más despedida.
-he estado demasiado tiempo aquí apenas recuerdo quien soy yo.
-parte de este mundo, el orden de todas estas cosas, su conjunto, eres un pensamiento mío y un recuerdo impregnado en esta casa
-no, no lo soy, soy más que eso, por eso me voy buscando mis manos, mis ojos, mi camino, mi polvo y mi muerte.
-pero aun no llegan las buenas noticias y las promesas de felicidad.
-no van a llegar, simplemente no van llegar, y ya he perdido mucha de mi vida esperando.
-Pero es lo único que tienen un juramento de inmortalidad, un contrato de sangre y espíritu.
-y mis pies y mi alegría, y mi ser, tengo más que eso, es hora de olvidarlo todo y perseguir una vida más tranquila sin ansias ni anhelos, lejos de aquí, cerca de mí.
-¿te olvidaras de todo? ¡Cómo es posible eres un cobarde!
-y de que me sirve todo el valor en la espera, y de que me sirve todo el valor cuando persigo fantasmas, nunca me sentí tan valiente al largarme de aquí, en serio lo siento, pero ya no puedo más, si me quedo muy probablemente me vuelva piedra, te quiero tanto como para no dejar que eso suceda, tu quédate aquí si quieres, pero no me pidas que permanezca mas aquí.
-entiendo que estés cansado de esperar, pero no te vallas, aún hay posibilidad, dentro de ti lo sabes, pero ya no lo quieres aceptar.
-si hay posibilidad pero eso ya no me sirve, las posibilidades son un tiro de suerte un golpe de azar y ya no hay manera de que me convenzan.
-¿y la fe?
-ya no soy un hombre de fe, todo lo que me ha mantenido en pie hasta ahora ha sido la fe, pero ya no, la que me queda la guardare para los próximos golpes que me de la vida. Aun así no te preocupes de alguna manera estaremos bien, no sé si sea lo mejor, pero definitivamente esto va tan en contra de mis principios que supongo debe de traernos una interesante consecuencia.
-¡basta! La psicología inversa no funciona así, sabes que no puedes engañarte a ti mismo.
-pero lo puedo intentar, quizá pase el tiempo y lo olvide, quizá hasta acabe olvidándote a ti. Ya estoy cansado de gritarle a la luna y fingir que me escucha, tómalo con humor, no es tan grave, no es tan serio, es solo un pequeño contratiempo en nuestro itinerario.
-¿y a dónde iras?
-a conocer el mundo, a buscar muchas respuestas, voy a ir a un lugar cueca del mar, voy en pos de una sonrisa. En realidad no lo sé.
Estaba sentada hasta ahora en el sillón, pero su partida era inminente, nada de lo que hiciera lo haría cambiar de opinión, la tristeza infinita acudió a roerme los tobillos, una perdida tan tremenda como esta supone un escenario más dramático, pero no, ahí estaba el guardando tranquilamente sus cosas, doblando su ropa y hojeando sus libros, tenía ganas de gritarle con un profundo rencor que si se iba me mataría, que nunca me volvería a ver, pero no era capaz, aunque si fuera cierto el seguiría igual de tranquilo y decidido.
-por favor ese libro no… ese déjalo aquí para mí.
-como quieras, te hará mas falta a ti, crimen y castigo no es uno de mis favoritos, pero luciría elegante a cualquier lugar que valla con él.
-mi crimen de da jaqueca, mi jaqueca es la poca penitencia que aún le debo a la vida, ¡por favor no te vayas!
-puedes acompañarme si quieres, pero ya te dije, si me quedo me muero, me secare lentamente.
-no puedo irme aun no aunque soy toda tuya aunque arrastro hasta tu más pequeña molécula de existencia no te puedo seguir, aunque soy tu historia, estoy anclada a ese lado de ti que dejas hoy, por favor, ya no digas nada solo vete.
Cerré la maleta, solo lo importante me dije a mi mismo, sentí pena por dejarla ahí tan solita en la inmensidad, pero ahora me tocaba a mi ser egoísta, ya todo estaba listo los muebles cubiertos por sábanas blancas y mis labios sellados por una promesa, me dirigí a la entrada cargando, casi arrastrando mi maleta, me di cuenta que aún quedaban unas cuantas hojas en la entrada, fui por la escoba, sería mi último tributo a una llegada que nunca ocurrió, ella salió de la habitación y recito unos versos para mí, no la escuché, deje la escoba en su sitio y salí de la casa de nuevo ella corrió a la puerta para despedirse.
-cierra la puerta y espera si quieres, sino solo procura regar las plantas, yo dejare aquí la llave debajo del tapete de bienvenida y mi corazón guardado en el horno de la estufa, me aleje… quizá eternamente.


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