sounds and silence
El la miro por ultima vez, sabia
que todo estaba bien, que sus caminos ahora tenían que dividirse, dentro de el
cierta tristeza extraña afloraba, pero no había vuelta atrás y solo una sonrisa
elevo un pañuelo blanco anunciando el final, el corazón dentro de ambos latía
con la misma fuerza del principio, quizá el principio de los tiempos, pero
ahora ella se alejaba montada en una brisa de otoño sentada en una hoja, era
extraño era un momento agridulce, donde los cuentos de hadas no tienen el final
que todo mundo esperaba, pero ambos dudaban de la existencia de las hadas, y
aunque no lo habían pronunciado en voz alta por temor a acabar con un par de
estas criaturas sabían que esa clases de historias solo existían en la mente de
los seres ingenuos y nobles.
El estaba parado en el marco de
la puerta y la veía alejarse con su maleta marrón y su vestido amarillo de
lunares, con sus botas de agua y la trenza practica que acostumbraba cuando
tenia algo importante que hacer, el estaba ahí solamente cruzado de brazos
deseando que no se fuera, pero agradeciendo cada paso que los alejaba, ahora la
libertad sabia tan raro, ya no había temor a caer, temor al vacío o al
silencio, había un ascua incandescente que solo necesitaba combustible para
iniciar un incendio, de pronto recordó el ultimo chiste que ella le conto,
ahora el oscura era un carbón ardiendo, calentaba su interior quemaba un poco
pero definitivamente no dolía, al ver como ella se perdía al dar vuelta en la
esquina recordó la primera vez que la vio, cuando sus miradas se cruzaron, la vergüenza
momentánea que ambos tuvieron que sufrir al estar ahí sentados los dos en la
sala de espera del medico y el carbón ardió mas se convirtió en vela, que
proyectaba una sombra muy nítida de el sabia que estaba ahí que siempre había
estado ahí y que podía devorarlo todo, pero mientras tuviera la vela encendida podrían
negociar y hasta en algún día llegar a llevarse bien. La vela se balanceo un
poco le dijo que corriera a alcanzarla, que no la dejara ir, que la abrazara
fuerte y nunca la soltara, pero el comprendió que ya no era posible que todo
estaba bien, que todo estaría bien así que se dio vuelta y cerro la puerta.
Ella cruzo la esquina ligera como
siempre, pesada como nunca, era como un pequeño pajarillo que esta innecesariamente
encadenado, aunque el mismo no pueda soportar su propio peso, al estar lo
suficientemente lejos de la casa de el, se descompuso, se doblo en dos y comenzó
a llorar dejo caer la maleta y llevo sus
manos a la cara, el mundo le cayo encima, debió haber corrido mas rápido para
que la realidad no la alcanzara, demasiado tarde linda algo se quebró y ahora
los filosos pedazos de cristal le cortaban por dentro, el nudo en la garganta apenas
le dejaba respirar y las lagrimas rodaban insensibles, pobrecilla pobre ángel
abandonado la historia volvía a comenzar, guardo silencio, apago su llanto y
calmo su dolor un antiguo blues llegaba a su cabeza un abrazo cálido la
esperaba mas adelante, se enderezo y sigue caminando, su trabajo estaba hecho
un susurro le dijo… lo hiciste bien
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