bajo las lamparas de sodio

salieron de lugar. el cansancio y la ligera sensacion de gripe acabaron derrotando a matilda, que auque hermosa, lusia mas humana que en cualquier moemento de su vida, el inusual  frio de ffinales de septiembre recorria su espalda, que, aunque abrigada con un saco largo y hermoso padecia de las inclemencias del tiempo, se cruzo de brazos como si solo trajera una blusa, intentaba retener el meximo calor corporal posible para no ser victima de una gripe que no consderaba nesesaria en su vida. le sorprendio que fuera de noche afuera, no pensaba que la oscuridad cayera tan pronto, pero en verdad ya era tarde, mas de lo que le hubiera gustado, la luz filtrada por los locales y que llovia de las farolas, esa incandesencia completamente artificial, la conmovieron mas que nunca, pareciera que el reflejo de un incendio gicante alumbrara la tierra, a ella legustaba pensar que era el corazon de Dios que se habia caido y que que fragmentado en un millon de pedazos alumbraba cual luciernada petrificada cada luminaria. en general se sentia un poco tonta, al concederle al alumbrado publico tal cantidad de poesia, pero de no acerlo se sentiria mas asfixiada aun.

el españolito reia quiza a causa de un nerviosismo qque se incrementaba, o porque sabia que tendria que partir pronto, matilda lo veia mientras caminaban y su rostro mediterraneo y sus cejas de hombre iberico y su pasos despreocupados por la vida quedaban atrapados en la memoria de ella, que con todas sus fuerzas se reusaba a enamorarse de ese hombre que un principio le parecio detestable, aunque con esfuerzos logro tolerarlo habia caido en traicion a su propio flanco.

ya no habia amor en sus vidas, al menos, no, ningun tipo de amor que pudiera surgir en el tono romantico y melodramatico de las novelas, se habian buelto inmunes mas no insensibles, habian descubierto el secreto del erizo, que esnunca dejar de moverse para no morir de frio, pero ahi, en medio de la noche, en medio de la ciudad y en medio de sus vidas nesecitaban sentirse reconfortados y encontrar que aun no habia muerto ese toque de humanidad en sus corazones.

simplemente no ssomos pesimistas dijo el españolito, y las palabras se deslizaron por su barba y recorrieron la calle como una centella para eleverse enn forma de fuego de artificio, yo creo que vivimos dulcemente desencantados dijo matilda, el silencio entre ambos se hizo distante pues a pesar de no abrir la boca llebaban a cabo la conversacion mas familiar del mundo a pesar de que ningn ruido mas que el del viento los rodeaba, reian y cantaban se retaban el uno al otro a adivinar el titulo de una cancion.




Comentarios

Entradas populares