clases de manejo

 Ella se negaba a que hubiera sio una simple casualidad, ella pensaba que en lo muy profundo de su vida estaba lista para dar ese salto cuantico que la propulsara a las estrellas, estaba convencida de que no podia haber sido una anomalia en la realidad y que su vida realmente valia la pena, y en lo profundo de si misma sabia que algo habia cambiado (aunque no supiera describirlo exactamente) algo habia tenido que haber cambiado, su vida era gris y su existencia se veia aplastada por el deber y el miedo... pero una refelgente esperanza le iluminaba el cuello, el rostro, las manos.

Sin embargo su propension a la melancolia y el pesimismo la asechaba de nuevo al regresar a casa, los colores tropicales solo habian sido un sucedaneo momentaneo a la verdadera paz y tranquilidad, la promesa de hedonismo y placer lucian ahora demaciado lejanas para tocarlas con las manos.

Pero no, no podia morir, por mas desalentador y gris que luciera el horizonte tenia que seguir viva ejerciendo su derecho a sentirse miserable aunque las cosas no fueran horribles, terriblemente dolorosas. Y es que lo peor de todo es que nisiquiera sufria de un dolor terminal, no estaba atrapada en una crisis humantaria como una gerra o una catastrofe, simplemente estaba cansada de vivir, el porvenir le ofrecia una incertidumbre demaciado esteril con la cual ella no tenia ganas de lidiar, deseó por un momento que su milagro hubiera sido otro pero se encogio de hombros al saber que sus peticiones parecian hacer eco en el vacio, y ahora se esforzaba e ser tolerante, se vio a si misma gritarle a alguien, perdiendo los estribos por un rato en franco hartazgo.

realmente ella se sabia a si misma demaciado cobarde como para tomar una desecion tan abrupta como el suicidio, era una realidad ineludible que no le gustaba el sufrimiento y el posterior dramatismo de la muerte, (aunque era curioso tratar de imaginarse la sensacion de estar muerta y era muy rara)

aunque trataba de convencerse a si misma de que esta era una codicion temporal, habia dias que le resultaba de poco consuelo abrazarse a si misma

en su interior sabia que la intoxicacion por monoxido de crabono era un dulce opcional final, una muerte de ensueño tranquila y en paz


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