Mariposas en la Azucarera

tercera entrada de las 14 para san Valentin (obra de teatro)

Mariposas en la azucarera (obra de dos actos)

Personajes:

La esposa
el esposo

Se ve una cocina con una mesa y varias sillas, la cocina parece ser de una familia de clase media, en una de las sillas, se encuentra un hombre vestido de traje, del alrededor de 30 años, es en la mañana porque parece que se dispone a tomar el desayuno, acto seguido entra la esposa y le echa una larga mirada

Esposa: (se recarga en el marco de la puerta de la cocina y mira detenidamente al esposo-que bueno que ya te serviste el desayuno, sabes anoche quería decirte algo pero llegaste muy cansado

Esposo: -ha sí, pues dímelo ahora estoy completamente dispuesto a escucharte
Esposa: -no seguramente no te interesara, creo que no tiene importancia
Esposo –si tu lo dices ha de ser cierto (levanta el periódico y se dispone a leerlo)
Esposa: -aun así, no quisieras escuchar que te tengo que decir
Esposo: -no, tú has dicho que no tiene la menor importancia
Esposa: dime ¿me quieres?... (Se sienta en una silla enfrente de su esposo)
Esposo: (sin quitar la vista del periódico) -no tengo que decírtelo, tu sabes que si, ¿te sientes bien te noto muy rara esta mañana?
Esposa: -si, si, perfectamente bien, tan bien como se siente una esposa que sabe que su marido recordó su aniversario llevándola a cenar a un lujoso restaurant el fin de semana pasado
Esposo: -que bueno, que te sientas así mis compañeros de trabajo, halagaron lo bonita que te veías ese día
Esposa: -y ahora… ¿Cómo me veo?
Esposo: -si ya te arreglaste, bonita… creo, si no todo un espanto (se sonríe)
Esposa:-¿aun no quieres saber lo que te tengo que decir?
Esposo: (molesto) -bueno porque tanta insistencia con lo mismo, si me vas a decir algo dímelo ya y déjate de rodeos
Esposa: -solo contéstame una pregunta más, ¿Qué tanto me quieres?
Esposo:-mucho
Esposa ¿mucho?
Esposo: -si mucho
Esposa: -madamas
Esposo: -si mucho, ¿o me quieres explicar como mide la cantidad en la que te quiero?
Esposa: -no sería muy difícil, bien sabes… lo que te tengo que decir es…
Esposo: (se levanta abruptamente de la silla) –ya viste qué hora es, ya debería de estar en camino y no aquí perdiendo el tiempo contigo (sale de la habitación)
Esposa. – (lo toma del brazo y gritando le dice) ¡NO, NO TE VALLAS! ¡ESCUCHA LO QUE TE TENGO QUE DECIR POR FAVOR!

Esposo: (también gritando) ¡PERO RÁPIDO, ES MUY TARDE, DILO, NO TENGO TIEMPO PARA ESTO!
Esposa: ¡está bien, no te quito mas tu tiempo!, ¡QUIERO EL DIVORCIO! Tú eres tan egoísta… (Empieza a sollozar recargada en la mesa)
Esposo: -¿yo? Egoísta, si todo lo que tenemos es gracias a mi trabajo, todo mi esfuerzo es para ambos
Esposa: -tú no sabes nada, no tienes la mas mínima idea de cómo me siento, eres tan egoísta que ni siquiera me regalas palabras dulces (se cubre la cara con las manos)
Esposo: - palabras, para que quieres palabras, ¿no te conformas que te haya llevado al restaurant más caro y fino de toda la ciudad?
Esposa: - y llevarme para que dime, para exhibirme como un trofeo a tus compañeros de trabajo, eso no es querer.
Esposo: - ha si pues quédate ahí tu sola, yo me voy a trabajar, (sale de la habitación apresuradamente)

 FIN DEL PRIMER ACTO

Segundo acto: se ve a la esposa sollozando sentada en la mesa, la cual tiene los restos del desayuno del marido, y una taza de café ella toma la azucarera para ponerle azúcar al café y en cuanto la abre, salen volando de ella varias mariposas entonces entra el marido

Esposo: -sabes, yo te he amado como a nadie, te quiero como no tienes una idea, tanto, que ni siquiera tengo las palabras para describirlo, te quiero de una manera que ni yo mismo comprendo, me haces falta, te necesito, me complementas, eres todo, eres mi vida y mas, me case contigo por esa razón porque sencillamente te amo, yo se que tu lo entiende, y que lo sabes pero a veces se te olvida,
Esposa: -pero…
Esposo: no mi amor espera, yo sé que no siempre te digo las palabras necesarias para que lo sepas para que no pienses que te he dejado de amar, pero… nunca dejaría de hacerlo, tengo tantas razones para continuar día a día enamorado de ti que sería impensable que deje que te apartes de mi lado
Esposa: -pero… ¿cuáles?
Esposo:- todas, desde tu andar, cadencioso y ligero, espontaneo cual brisa de primavera, tus caricias nocturnas que recorren mi espalda, y la sonrisa que me ilumina cada mañana, sabes toda tu eres mi razón de existir,
Esposa:- pero y mi pregunta ¿soy bonita?
Esposo: no necesito respondértelo, ya que mi definición para belleza eres tú, si algo es sublime cautivante y esplendoroso, eres tú, nunca lo dudes ni lo olvides, solo una cosa más, yo puse las mariposas en la azucarera, para que te dieras cuenta…

                                                                                                                  

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