automne encore
...y el gris se volvió líquido y cayó sobre la ciudad.
y bien, el verano otra vez se fue, hace un año que salimos de la tormenta, y yo aquí me quede, el autobús me dejo en la fría estación de madrugada y sigo preguntando por ti, aunque se que no estas, aunque se que no llegarás, ahora he aprendido muchas cosas, las valiosas lecciones de la vida me dicen que no me gusta la gente, al menos no la gente de la que se supone me debo enamorar, el corazón tiene un discurso muy estúpido que mi cabeza quiere callar, esta lucha no tiene un final visible y mucho menos feliz, pero no hay nada que hacer, solo esperar, que el tiempo es mágico y une los granos de arena, es otoño de nuevo, la tormenta acabo hace un año, y al parecer me hace bien soñar, fingir algunas cosas nos ayuda a sobrevivir, y actuar sobre el gran escenario de la vida, una farsa innecesaria pero inevitable. Uno se acostumbra y hasta empieza a disfrutarla, aprende que el paso del tiempo solo significa valiosas experiencias pero que nunca es garantía de improbables encuentros.
mírame ahora otra vez en medio del otoño, buscando y pretendiendo que no me importa, pero sabiendo que mi naturaleza es la misma, quiero crecer en mi, y lo estoy intentando, van dos agradables citas que me han dado tregua, pero la ciudad en su gran inmensidad me recuerda que solo soy un naufrago a la deriva, no puedo forzarme a que me de igual, un beso es un beso y una hoja que cae es la demostración de otro año en una relativa soledad.
hasta ahora había evitado la palabra, soledad no es mas que una idea absurda de que no se tiene nadie, pero yo tengo gente mucha gente dentro y fuera de mi que ahí esta, y ahí estas tu, hilos invisibles nos unen de una manera delicada, aun no llego al otro extremo, pero al verte sabre que la espera ha valido la pena, o quiza no te encuentre y también habrá valido la pena mientras, me trato de convencer de que las hojan no caen y que la lluvia solo moja mis ojos

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