iba a enviarte una postal

es raro que lo mencione, pero es la primera vez que me pasa, tengo esa extraña sensación de extrañar a alguien, frunzo el ceño, y me pregunto a mi mismo, ¿como es posible que te haya ocurrido algo así?  sigo preguntandomelo y dando vueltas en mi cama por la noche. Yo que era un verdadero coleccionista de rarezas y extravagancias te veo y realmente me sorprendo, abro bien los ojos para verte mejor una segunda vez y aun no lo creo, mi intriga es testiga ruidosa de que estaba frente a una de esas imposibilidades que solo ocurren una vez cada varias vidas eras eso que exactamente soñé una vez, pero ahora no estas y sigues intrigandome como el primer dia.

Marco, Rogelio, Ángel o cualquiera que fuese su nombre estaba ahí en el hospital, la jornada lo había desecho, el agotamiento y el cansancio acabaron con la tenue sonrisa que le provocaba el hacer bien su trabajo, de repente al sentir la brisa matinal abofetearle el rostro pensó: -¿será asó el resto de mi vida, será que estoy dedicado a repetir una y otra vez la misma rutina, para qué si al final siempre había uno detrás del otro y nada cambiaba significativamente? hizo una mueca de desaprobación hacia sus propios pensamientos solo quería comer algo tocar su cama y perderse en una cálida canción que lo arrullará, estaba demasiado agotado para subirse en su motocicleta, pero el pedir un taxi o utilizar el transporte publico no parecían ideas lo suficientemente atractivas, vencería el cansancio unos minutos mas para encontrarse con su cama, mala idea en un parpadeo, en un descuido producto de su fatiga, en un segundo semi-tragico atropello a alguien, no presto atención al semáforo que brillaba con luz carmesí y arrollo a un desafortunado transeúnte, no era nada grave, una pequeña caída que dejaría un moretón o dos, al ser medico mantuvo la cabeza fría durante el accidente hizo acopio de toda su lucidez, que por la preocupen del accidente se deshizo de toda somnolencia, y atendió al herido


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