compasión

Compasión y salud…


Lo mire a los ojos directamente

le pregunte por su madre, por su familia

y no dije mas solo quise acompañarlo en eso que estaba viviendo



Para empezar a hablar de la compasión tenemos que remitirnos a dos condiciones primordiales para que esta exista, en primer lugar se debe revisar la condición del dolor y sufrimiento en el devenir de la vida. Y la convivencia en sociedad (en ambos casos, su forma humana), pues sin remitirnos a estas condiciones, sencillamente no se puede hablar del fenómeno de la compasión como tal. Cabe mencionarse que los dos puntos anteriores son sumamente extensos, así que solo se revisará, como la conjunción de los mismos ha sido un desencadenante de la compasión.

El sufrimiento; Desde muchos puntos de vista se considera al sufrimiento como una condición humana ineludible, de hecho que caracteriza al hombre y a la vida del mismo, al punto de que algunos autores mencionan que una forma de cerciorarse de estar vivo es a través del dolor, del sufrimiento, si uno (como persona) sufre, entonces indudablemente se está vivo. Se dice también que la vida es un continuo de sufrimientos y dolores, desde el nacimiento hasta la muerte, la vida está repleta de pesares que acompañan al hombre, de los cuales no puede escapar y los que va a tener que evadir a lo largo de sus días. Diferentes autores establecen que el dolor tiene un fin, esto se revisara posteriormente con intención de ligarlo con la compasión.

Tipos de sufrimiento:

En un primer nivel el sufrimiento se refiere al dolor o malestar físico inmediato, de manera que si existe una situación que dañe de manera directa al cuerpo este tiene una reacción normal de defensa, que es el dolor, esta reacción lo protege de daños severos, irreparables e incluso mortales a los cuales pueda estar expuesto el ser vivo, en este primer plano del dolor o sufrimiento la forma más fácil de evitar el mismo es distanciarse de aquella situación que produzca esa sensación. En un segundo momento el sufrimiento se refiere a un punto más subjetivo, al plano de las emociones y los pensamientos, (me atrevería mencionar que también al espíritu) donde se dice que la persona sufre internamente por algo que la molesta, es aquí donde el sufrimiento se demuestra de una manera mas sutil y con muchas mas variantes que el dolor físico

El sufrimiento desde el cristianismo;

(En muchas de sus interpretaciones) ha sido un castigo divino, La Biblia nos dice claramente que el sufrimiento entró al mundo como castigo por el pecado cometido por nuestros primeros padres. Antes de esto Adán y Eva vivían en un paraíso terrenal, del cual fueron expulsados para siempre como castigo, por su desobediencia motivada por el orgullo. Siguiendo con esta idea antes de de cometer el pecado el sufrimiento no existía, para que cuando este apareciera fuese un castigo dedicado a condenar la desobediencia, mostrándose así, que el sufrimiento es una carga para la humanidad de la cual no va a poder escapar, y que tiene un fin en especifico, saldar antiguas deudas, para eximirse ante dios. Muchos otros atores plantean que el sufrimiento es una vía de purificación y salvación, una forma en la cual el individuado consagra su sufrimiento a dios con la intención de hacerse merecedor de una gloria futura. Así lo dice la misma biblia. “Bienaventurados los que sufren porque de ellos será el reino de los cielos”, en otra de sus formas el sufrimiento es una acto de inmolación donde el sufrimiento se convierte en redención para otros como es el caso de Jesús. En cualquiera de estas formas el sufrimiento ajeno es trabajado mas desde la lastima, el ayudar al prójimo es una vía de asegurarse la salvación y quedar bien ante los ojos de Dios. En muchos de los patrones (no en todos) la consideración al sufrimiento ajeno es egoísta en cierto grado ya que se ayuda con una intención. Por ultimo se ve al sufrimiento como una prueba divina para demostrar que somos dignos de la entrada a los cielos.

El sufrimiento para el budismo

Duḥkha es un término de difícil traducción. No existe un término equivalente exacto en las lenguas europeas y americanas actuales ya que Duḥkha tiene un significado muy amplio y abierto en el idioma original, que engloba diversos significados. Un ejemplo de Duḥkha dado por Buda es el estar con alguien que no te gusta y el no-estar con alguien que te gusta. Históricamente, la traducción más común en occidente ha sido sufrimiento, lo que ha generado una visión pesimista del Budismo. Sin embargo, descontento o insatisfactorio están más cerca al sentido de esta palabra en los textos originales. Este descontento o insatisfacción, pertenece a una condición de existencia, esta integrado dentro de la rueda de la vida, el sufrimiento para el budismo se divide en diferentes formas:

duḥkha duḥkhatā: El sufrimiento y el dolor físico o mental intrínseco en su sentido más ordinario y agudo.

viparinama duḥkhatā: Es nuestra reacción al cambio o la pérdida, ya sea de cosas, situaciones y personas externas o de facultades y posibilidades en nosotros. Si nos aferramos excesivamente a las experiencias agradables (Suhkha), nos llevan a duḥkha porque son impermanentes.

samskāra duḥkhatā: Es muy sutil y profunda. Es la insatisfacción general que viene con la existencia en sí misma. Se podría entrever en ese preguntarse por el sentido de la vida. Es el sufrimiento de todo lo que es la existencia condicionada, es decir el sufrimiento que experimentamos porque no hemos alcanzado la Iluminación.

Es decir en el budismo el sufrimiento es el fango de la condición humana que desaparece al florecer el loto de la iluminación, es decir una condición a la cual el humano trasciende a partir de la iluminación.

El sufrimiento y el tao (y zen)

El se propone desnudarse o desprenderse del engaño de la construcción mental o concepción dualista en que nos encontramos inmersos: El bien-el mal, el premio-el castigo, el yo-el mundo exterior, lo bello-lo feo, la suerte-la desgracia, el sufrimiento-gozo. El zen propone vivir "espontáneamente" pero sin buscar intencionadamente esa "espontaneidad". El zen también propone que cada cosa sea libre para ser lo que es, sin disociarse del mundo y sin esforzarlo en ordenarlo. Por lo cual no tiene sentido creer en un sufrimiento, que al final no es nada, es una parte del todo que tiene sentido estar allí, y su función depende del individuo entre crecer o estancarse en el mismo.

La convivencia en grupos

El humano por naturaleza siempre ha sido un animal gregario, siempre ha preferido la convivencia con sus demás congéneres, desde sus inicios en tribus, o en pequeñas comunidades encontramos que siempre ha habido mas de dos, y esto también es una condición propiamente humana, necesitamos unos de los otros, tano para alimentarnos, protegernos, inclusive para escapar de la soledad, teniendo una buena salud mental. Y es que esto es primordial somos humanos gracias a la convivencia con los demás, vernos reflejados de cierta manera en el otro, y reconocer que hay algo que nos hace ser humanos. De esta forma a lo largo de la historia se han creado diferentes grupos de personas unidos por alguna característica en común, que luego crecen y evolucionan creando comunidades mas grandes, villas e incluso ciudades, donde cada persona en especifico tiene una labor, es esta labor (la que presentan algunos autores) las que nos diferencian unos de otros, pero la que al mismo tiempo ayuda a los demás de alguna u otra forma. Cabe señalarse que el tipo de relaciones que se ha dado a lo largo de la historia se ha modificado mucho, esto lo podemos observar encontrando las diferencias de el sistema feudal a nuestras épocas, vemos que a pesar de ser iguales todos los hombres, no siempre han valido lo mismo. Y lo que cada sociedad considera valioso tampoco ha sido lo mismo a lo largo del tiempo. Sin embargo algo que se ha compartido a lo largo de la historia es esa preocupación por el bienestar del otro, quizá esto tenga un trasfondo mas allá de el puramente moral o religioso.

Desde el punto de vista biológico la preocupación por los otros y el evitar su sufrimiento tiene mucho sentido en la especie humana, ya que a pesar de que los humanos estamos sometidos a las leyes de la evolución y la selección natural, no seguimos de una manera determinista y darwiniana cada uno de los principios, esto es notable, por ejemplo cuando se piensa en la supervivencia del más apto, en seres diferentes a los humanos, (en algunos casos) la competencia por la comida, el territorio, o el derecho al apareamiento es feroz, siendo así que los seres más aptos sobreviven trascendiendo sus genes a generaciones posteriores, y los que no tienen los recursos para sobrevivir desaparecen, dejando paso a la continuación de los mejor adaptados. Veamos el ejemplo de un rebaño de antílopes, los primeros en morir son los ejemplares viejos, enfermos o demasiado jóvenes para defenderse o huir de sus depredadores, de manera que no tienen la posibilidad de seguir existiendo (como antílopes). Sin embargo este fenómeno natural (la cadena alimenticia) no tiene nada de perverso o maligno en contra de estos ejemplares de antílopes ya que estos se convierten en alimento de otras especies perpetuando de alguna manera la vida. Pero el humano trasciende esta ley evolutiva, protegiendo a sus congéneres, independientemente de la condición que posean (encontramos el ejemplo de cavernarios que protegen a su tribu a costa de su vida), esto él lo que muy probablemente le de tal diversidad a los humanos, no poseída por otras especies, de modo que los individuos viejos, enfermos, o “menos afortunados” tienen una posibilidad de sobrevivir gracias al apoyo de los demás humanos, un ejemplo más contemporáneo lo tenemos en un padre que le dona uno de sus riñones a uno de sus hijos para que este sobreviva a una enfermedad.

La compasión,

El diccionario de la real academia de la lengua española define a la compasión como:



“sentimiento de conmiseración y lástima que se tiene hacia quienes sufren penalidades o desgracias.”



Esta definición muy corta no alcanza a abarcar lo grande que puede ser la compasión entendida de una manera distinta:



La compasión (del latín cumpassio, calco semántico o traducción del vocablo griego συμπάθεια (sympathia), palabra compuesta de συν πάσχω + = συμπάσχω, literalmente "sufrir juntos", "tratar con emociones ...", simpatía) es una emoción humana que se manifiesta a partir del sufrimiento de otro ser. Más intensa que la empatía, la compasión describe el entendimiento del estado emocional de otro, y es con frecuencia combinada con un deseo de aliviar o reducir su sufrimiento.



Esta definición abarca más sobre la compasión, al punto de entrar en un contacto mas cercano con el otro entenderlo entenderse a si mismo y entender al sufrimiento para, si no evitarlo tratar de convertirlo en una experiencia de la cual se extraiga un aprendizaje. En las diferentes posturas teológicas también tenemos definiciones muy diferentes sobre la compasión

El mendigo, por ejemplo, en las sociedades primitivas, y aun hoy en bastantes sociedades islámicas, no es simplemente el socialmente fracasado que debe estar siempre mirando dónde poder quedarse, sino que desempeña un papel. Dicho papel pide una vestimenta adecuada, ciertas formalidades que el mendigo debe decir, etc. Lo suyo no es sólo aceptar lo que le dan, es decir, no ser sólo receptor de la beneficencia pública, sino que él también tiene algo que dar: el mendigo promete rezar por aquel que le da algo. De ese modo, la situación de sufrimiento no es para él una pura condena a la pasividad, como ocurriría entre nosotros con un náufrago que es sólo objeto de auxilios, sino que él también tiene que representar su papel con la dignidad que le corresponde.

Budismo y compasión

Para el budismo la compasión tiene un significado muy profundo, al grado de que una de las representaciones de buda encarna la compasión.

Avalokiteshvara, el Bodhisattva de la Compasión. La palabra íshvara significa 'el señor' y avalókita se traduce usualmente como 'el que mira hacia abajo'. Entonces, podemos decir que su nombre significa 'El señor que mira los sufrimientos del universo con compasión infinita'.

Junto con la Sabiduría, la Compasión es la cualidad más destacada de la Mente Iluminada. De hecho, son cualidades inseparables, como las dos caras de una moneda. Dado que un Bodhisattva representa el aspecto activo en el mundo de la Mente Iluminada, podemos decir que la Compasión es el aspecto más prominente del Bodhisattva.

La leyenda del origen de esta forma del Bodhisattva es muy bella. Hace muchísimo tiempo, el Bodhisattva Avalokiteshvara hizo un voto de salvar del sufrimiento a toda la gente del mundo y conducirla a la Iluminación. Además, juró que si titubeaba por un instante, cortaría su cuerpo en mil pedacitos.

Entró así en una meditación muy profunda de compasión, a través de la cual, aspiró a dirigir a todos los seres hacia la Iluminación por medios sutiles. Cuando salió de esta meditación, descubrió que sólo había ayudado a una parte muy pequeña de la gente y se sintió tan desalentado que pensó en dejar sus esfuerzos. En ese instante, su cabeza y su cuerpo comenzaron a desmoronarse en pedazos y, en su agonía, llamó al Buda Amitâbha para que le ayudara. Amitâbha lo reconstruyó con un nuevo cuerpo, con mil brazos y diez cabezas. Encima de aquellas cabezas le colocó su propia cabeza.

De modo que el budista no piensa sólo en su propio desarrollo espiritual. Para él no es cuestión de ganar su propia Iluminación y dejar al prójimo valerse por sí mismo. La visión del budista es que todos los hombres y las mujeres pueden desarrollarse espiritualmente y que ayudarles para que así lo hagan es parte intrínseca de la vida espiritual.

Zen y compasión

"No hay una acción que sea noble de por sí: lo será o no, según la manera en que el sujeto la realice".



Aunque el zen admite que el bien y el mal son relativos, Nisjijima roshi dice que el estado de equilibrio en zazen nos permite hacer, exactamente, lo que verdaderamente queremos. Imaginamos querer todo, sin miramiento hacia los demás, pero esto es falso. Estamos íntimamente unidos al nivel más profundo con todo y con todos con los que entramos en contacto. En este nivel lo que queremos para nosotros y para los otros es estrictamente igual. Entonces aunque no totalmente definida como tal encontramos un dejo de una definición de compasión.

Se trata, una vez más, de equilibrio. Algunas personas son egoístas hasta el punto de dañar a los demás. Otras son tan generosas que se hacen daño a si mismas.

Existe eso que Chögyam Trungpa llama la compasión idiota. Desarrollando la compasión no hay que descuidar la sabiduría. Se debe comenzar por cuidarse de si mismo e intentar no ser una carga para los demás. Cuidándose a si mismo se beneficia a los otros y se puede uno convertir en un buen ejemplo de lo que es una vida constructiva y alegre.

Esa es la compasión, vista de otra manera muy lejos de la lastima y la conmiseración veamos unas historias de compasión para ver como esta afecta a la salud.

Una historia de compasión

Cuanta gente, cuanta gente a lo largo de esta gran ciudad, millones y millones de personas que viven tantas historias distintas, cuanto dolor y cuanto amor crecen junto a la gente en la gran urbe de concreto y metal, cuanta falta de algunas cosas, cuanta carencia de los mas esencial, se que no hay nadie que tenga la autoridad suficiente como para decirle a los demás como vivir sus vidas, pero hacen falta tantas cosas, quizá un poco mas de amor, un poco mas de respeto y gratitud,

No es necesario buscar demasiado para encontrar la miseria, pero es muy difícil ver una muestra de compasión, se decía. Sin embargo con estar atentos se puede encontrar actos compasivos aun en la mas pequeña de las formas

El camino para llegar a su destino era largo, bien largo, en realidad no tanto, sin embargo en una ciudad enloquecida con el caos de la multitud, llegar a cualquier parte se convertía en una tarea a la cual debía dedicársele mucho afán y mucho tiempo, el pensaba, mi vida se esta yendo aquí en dos horas de camino a mi destino, pero no hay de otra, tengo que continuar. Y siguió su camino, llevaba prisa, pensó que era un poco absurdo que no se le tuviera indulgencia por llegar tarde, ya que venía de tan lejos, pero eso en el momento no importo, mientras cruzaba el puente vio una escena desagradable, si desagradable.Sentada en las escaleras del puente se hallaba una pobre mujer, no muy vieja a decir verdad, un tanto sucia, delgada, casi en los huesos, morena, y con una mirada de estar extraviada en un mar de indiferencia, estaba ahí, sentada en la escalera envuelta en un rebozo sucio y ajado, extendiendo la mano lastimeramente a los transeúntes que ni siquiera volteaban a mirarla, en instantes pareciese como su vida fuese un extenso suspiro. Cuando pace cerca de ella me di cuenta que con el otro brazo cargaba a un niñito, igual de morenito que ella, dormidito en inocencia, si la mas mínima idea de lo que su madre estaba haciendo para que el no muriera de hambre, para que ella tampoco muriera de hambre. Tropecé con el frio, con la distancia y con un terrible sentimiento de tristeza, de abandono,- como es que estando ahí a la vista de todos una pobre madre que pedía alguna moneda para poder alimentarse ella y dar de comer a su niño, era ignorada de esa manera, no supe que hacer, no supe si sacar de mi bolsillo una moneda y dársela, no quise voltear por miedo, quizá por dolor de ver una estampa tan triste y no saber que hacer, seguí mi camino con un nudo en la garganta y en el corazón con el alma constreñida. Pensé en la pobre mujer todo el día, e hice algo que nunca pensé en hacer, ore por ella, no supe a quien ni como debía de hacerlo, pero pedí que su panza hambrienta se llenara de comida que algún benefactor inesperado le diese, me sentí mal al no poder hacer nada cuando pude haber hecho algo, pero en mi ignorancia no me culpo completamente.

Era temprano apenas se había levantado y decidió encender el televisor, para generar un ruido blanco que le hiciera llevadero el silencio y la rutina de la mañana, se dispuso a hacer un poco de quehacer, acomodar una cuantas cosas antes de irse, mientras, tomaba una almohada para acomodarla en la cabecera de la cama, volteo a ver la pantalla del televisor en ella aparecieron unas fotografías que captaron sus atención, de una vecindad vieja de algún lugar del centro, fue un instante así que decidió seguir acomodando la cama, cuando la voz de la presentadora de noticias empezó a mencionar un caso de una mujer que se había roto la cadera y que vivía acostada en el suelo de un cuarto de azotea en la vecindad que ya había visto. el reportaje continuo, era una ancianita sin hijos, que vivía de caridad en ese cuartito de azotea, se había roto la cadera al tratar de bajar la escalera y ahora permanecía tendida en el suelo del cuarto apenas sobreviviendo de comida que los vecinos le regalaban, acostada entre basura de comida periódicos viejos y suciedad, la viejecita viva arrumbada ahí al igual que la basura que la acompañaba en el cuarto, un joven reportero le pregunto porque estaba ahí, y no en un hospital o un asilo, la mujer le respondió que era muy pobre para pagar cualquiera de esos dos cosas y que los vecinos tampoco podían ayudarle mucho, así que se resignaba a acabar su vida en ese mísero cuartito de azotea. El reportaje término con una mirada de reproche del reportero que difícilmente pudo esconder una lagrima en su ojo izquierdo. Sentada en la esquina de la cama ella lloro, al ver que la televisión le mostraba una realidad tan dura, tan triste, tan cruel, un grito se acumuló en su pecho y muchas lágrimas se agolparon en sus ojos estallo en llanto –pero cómo es posible ¡cómo! Como no hay nadie que la saque de ahí, que la lleve a vivir sus últimos días cómoda, que la escuche con ternura hasta que se ponga bien. La almohada que tenía entre sus manos estaba completamente húmeda de lágrimas, no supo que hacer, no sabíadónde vivía aquella necesitada ancianita, se sintió impotente, no sabía que podría hacer por ella, ni donde encontrarla, así que se enjugó las lágrimas se alisto rápidamente y salió hacia su rutina diaria. Cargada de una tristeza muy honda. De regreso a casa paso a ver a su abuela, trato de procurarla un poco, llevándole algo de comida y compañía, la abuela sonrió de que se acordasen de ella, y se puso aun mas feliz con una promesa de volverá verla cada viernes.

Sentado en la banca de un parque se hallaba el pobre viejo, toda su vida se había ido entre botellas vacías, y algunos burdeles de la ciudad, estaba ahí con su traje que en algún momento había sido carísimo, y que en se momento sucio y roto le daba un aire triunfalmente patético, estaba sentado en la banca sin haber comido algo desde hace algunos días y estaba empezando a escasear el alcohol, pensó en ir a mendigar frente a un restaurante famoso en el centro histórico, pero no recibió mas que indiferencia y escobazos, no sabia que hacer, no tenia algún lugar donde llegar, donde resguardarse de los elementos, no tenia nadie que le diese un bocado ni que le dijese algo bueno, estaba empezando a desesperarse el alcohol a medio día le hacia una falta terrible, y no encontraba forma de conseguir un poco mas, en la desesperación le pidió un arma a otro de los vagabundos del lugar, un cuchillo fue esta vez, corto su pantalón y su pierna hasta que sangró se dijo, y se infligió una herida poco profunda pero alarmante, fue de nuevo frente al elegante restaurante y volvió a extender la mano para pedir limosna, esta vez exponiendo su pierna ensangrentada, la gente por repulsión prefería mirarlo y los mas aventurados se atrevieron a regalarle un pedazo de pan o una moneda “a ver si así no le dan algo a uno” se decía un tanto desconsolado, frente a el paso rápidamente una joven enfermera blanca como paloma y ágil igual que una, de primera vista no lo vio, pero al voltear vio la herida y la sangre, la enfermera se detuvo y regreso sobre sus pasos, saco una venda desinfectante aguja e hilo de su maletín, mientras sentaba al personaje de traje con extremo cuidado “señor lo voy a curar pero va atener que irse a quitar los puntos con un doctor” dijo la enfermera al momento que cosía la piel abierta casi con cariño, pareciendo remendar un juguete roto, el viejo se conmovió hasta el llanto, pero aguanto estoico por su orgullo y agradeció a la joven enfermera esa muestra de amabilidad, casi de amor, la enfermera se despidió pero dejo mas en el de lo que pensaba

La compasión ese sentimiento que es casi exclusivamente humano es la diferencia en estas historias, pero ese acto bondadoso y desinteresado beneficia mas de lo que pareciera a primera intención, quizá no se note, pero todo es equilibrio y el bienestar ajeno trae el bienestar propio y el bienestar general, el hecho de hacer algo por alguien, de al menos pensar y desearle cosas buenas beneficia demasiado, tal vez la alguna parte de la ciencia no lo comprenda porque es rígida y solo ve en partes, pero otra sabe que ese pensamiento afecta a parte de el cerebro.

Que el amor al prójimo y hacer algo por el ser compasivo y amable, es la cura para la depresión, quizá no se vea directamente no se pueda recetar, y no venga en dosis comprimidas, pero es un remedio que trae tranquilidad a la mente y al espíritu y felicidad al corazón

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